The Cure en Lima: Crónica concierto Estadio San Marcos 2023
Interesante es reencontrase con una banda luego de 1 década. Considerando el tiempo justo, el cual permite hacer comparaciones y evaluar el tiempo transcurrido y ha partir de ahi hacer un balance subjetivo, En lo que ha cambiar el The Cure que vivimos en el 2013 en el concierto del Estadio Nacional y el que volvimos a ver el miércoles 22 en el estadio San Marcos.
O mejor aún pregúntate ¿cómo vamos? Porque, en primer lugar, el público del concierto del pasado miércoles fue menor que el anterior. Debido a la gran cantidad de entradas vendidas y la gran superficie del Estadio San Marcos, los caminantes lo encontraron vacío. Podemos decir que esto tiene algo que ver con la crisis medioambiental (es raro que los menores de 30 años), pero también con la energía de un país que ha perdido la mayoría de sus conciertos en 10 años: debido a la epidemia y la recesión económica. , se siente la energía. en tal discurso.
Entonces, claramente ya hemos tenido suficiente. Y, por supuesto, está The Cure. En 2013 interpretó 41 temas, y en su segundo show en Lima llegó a 29. Esa es una gran diferencia, pero no caigamos en el lado de la codicia: para una banda cantar alrededor de 30 canciones en dos horas y media de duplicación interminable sigue siendo un buen espectáculo. Eso es lo que han conseguido Robert Smith y compañía.
Con puntualidad que caracteriza a los britànicos, subieron al escenario a las 8:30 de la noche, Smith parecía él mismo, mirando al público con una voz vacía pero dulce. Sigue siendo el niño triste y confuso que era hace cuarenta años.
El concierto comenzó con una de las últimas canciones de la banda, «Alone»: una declaración de principios de una banda que se niega a vivir en el pasado. Pueden pasar a «Pictures of You» y «The Supremes», que son amigables con la gente. La noche puede continuar, con secciones populares: algunas llenas de canciones famosas, mientras que otras están dedicadas a canciones nuevas o proyectos históricamente menos conocidos.
La voz de Smith es innegable: tan clara como una noche clara. Aunque los problemas físicos jugaron en su contra, lo cierto es que los estallidos de su nueva y sórdida juventud permanecieron visibles en los ojos de quienes llegaron a admirarlo: otro rincón. Un rostro envuelto en humo, decorado con delineador de ojos y labios al otro lado del círculo.
Este concierto es un evento breve. El segundo y último grupo nos enseña a ser felices en la soledad y la tristeza.
